La casta eras vos

0
21

Tras el contundente resultado de las elecciones, la buena conciencia progresista recibe un duro golpe. Nos encontramos ante el cuestionamiento de una época que parece haber llegado a su fin. En el Discurso de la servidumbre voluntaria, Étienne de La Boétie reflexionaba sobre por qué los hombres luchaban por su propia esclavitud como si fuera su libertad, un texto que aún resuena en las reflexiones políticas contemporáneas.

Sin embargo, las advertencias del pasado parecen tergiversadas por el progresismo, que busca culpabilizar por los resultados electorales. ¿Por qué votar a Massa sería un acto de libertad, mientras que quienes optaron por Milei se equivocaron? Esta simplificación de la situación obvia las complejidades y aliena las posibilidades de una verdadera emancipación política.

El intento de ejecución pública de Cristina Fernández de Kirchner debería haber sido un punto de inflexión, un momento en el que la sociedad reaccionara ante la injusticia. Sin embargo, la falta de acción evidencia una ruptura en la conexión entre el kirchnerismo y la sociedad, señalando el fin de una era.

La figura de Milei emerge en este contexto como un canalizador del malestar y la rabia, ofreciendo una alternativa a la política establecida. Su discurso anti-establishment resuena en un sector de la población descontenta con el status quo. Sin embargo, su ascenso también revela la fragmentación de la trama popular y la pérdida de sensibilidad hacia los problemas de los demás.

Milei representa una perversión de la vitalidad popular, usurpando un lenguaje que no le corresponde y utilizándolo para promover una agenda ultracapitalista. Su retórica inflamatoria encuentra eco en un programa político que aboga por la desregulación y el desmantelamiento del Estado. Su ascenso plantea interrogantes sobre el momento en que ciertas políticas abyectas ganaron terreno en la sociedad.

En definitiva, el surgimiento de Milei y su victoria en las elecciones reflejan una crisis más profunda en la política argentina, marcada por la desafección hacia las instituciones establecidas y la búsqueda de alternativas radicales. Su ascenso debería ser una llamada de atención para una sociedad que ha perdido su capacidad de resistencia y ha delegado la política en manos de unos pocos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí