Donald Trump logró su regreso a la Casa Blanca, respaldado principalmente por el voto latino, un dato que sorprende considerando su postura proteccionista y sus duras políticas contra la inmigración. Clara Vega, senadora nacional mandato cumplido y observadora internacional de los comicios, ofrece su análisis sobre este inesperado apoyo latino y cómo este resultado podría impactar en Argentina, especialmente bajo el liderazgo de Javier Milei.
Vega observa que, a pesar de las restricciones migratorias y el discurso duro que caracterizó la campaña de Trump, fue precisamente el voto latino el que inclinó la balanza a su favor en varios estados clave como Florida y Texas. «Hay una disonancia evidente», asegura Vega. “Muchos latinos ven en Trump una figura fuerte, protectora de los intereses económicos de la nación, y están dispuestos a ignorar sus políticas restrictivas si a cambio perciben estabilidad económica. Esta realidad muestra una contradicción que, aunque difícil de entender desde afuera, refleja un voto pragmático de quienes ya están dentro del sistema y buscan mantener su nivel de vida”.
Clara Vega también se mostró sorprendida por la ausencia de Latinoamérica en la agenda de campaña. «Es revelador que un continente tan importante, con una conexión tan profunda en términos de población y cultura, no haya sido considerado en sus propuestas. Esto marca una diferencia clara con la estrategia internacional de Argentina, donde Milei intenta posicionarse como un aliado cercano de los Estados Unidos».
Sin embargo, Vega advierte sobre el error de interpretación que Milei podría estar cometiendo al ver este triunfo de Trump como un respaldo a sus propias ideas libertarias. “Trump es proteccionista; busca resguardar la industria nacional, imponer aranceles y restringir las importaciones. Milei, por el contrario, aboga por una apertura total de la economía, eliminación del Banco Central y una dolarización que, en teoría, eliminaría barreras comerciales. Son modelos económicos radicalmente distintos”, enfatiza Vega.
La senadora relata que, durante su visita a Estados Unidos como observadora, pudo intercambiar opiniones con distintos analistas y funcionarios locales que, si bien manifestaron interés en las reformas que Milei plantea para Argentina, también mostraron escepticismo. “Les cuesta ver cómo un modelo tan liberal podría sostenerse en un país con una estructura productiva débil y una sociedad acostumbrada al proteccionismo estatal. En el fondo, temen que los argentinos no soporten los ajustes que vendrán”.
La incertidumbre es, sin duda, una de las preocupaciones que rondan tanto en Washington como en Buenos Aires. “El problema de Milei no es su ideología, sino la capacidad de implementarla sin generar un estallido social”, sentencia Vega. “Trump, aunque con una visión dura, ofrece una sensación de orden y control. Milei, en cambio, parece basar su plan en la esperanza de que el mercado solucionará los problemas estructurales de la Argentina. Esa confianza ciega en el mercado es vista con escepticismo en los círculos económicos norteamericanos, acostumbrados a lidiar con los desbalances del capitalismo global”.
Finalmente, Vega remarca que el voto latino en Estados Unidos no fue un respaldo a la apertura extrema ni al liberalismo económico que Milei defiende. “El apoyo latino a Trump muestra un deseo de estabilidad y de resguardo de los empleos locales. Es una señal de que el proteccionismo, aunque tenga mala fama, sigue siendo una opción válida en tiempos de crisis. Milei debería tomar nota de esto, porque los desafíos que enfrentará en su mandato podrían ser aún más complicados si insiste en un camino de liberalización extrema sin considerar el contexto social y económico del país”.
En definitiva, la senadora nacional mandato cumplido deja claro que el triunfo de Trump podría ser malinterpretado por Milei si este no ajusta su visión y estrategia. «Es hora de que nuestro presidente entienda que el contexto global y las demandas internas requieren pragmatismo, no un dogmatismo que, aunque ideológicamente atractivo para algunos, podría resultar inviable en la práctica», concluye Clara Vega, en una reflexión que apunta a evitar un choque de realidades entre lo que se pregona y lo que se puede realmente implementar en un país tan complejo como Argentina.