—Mire, esto no es otra cosa más que un nuevo intento del gobierno de Javier Milei por romper la institucionalidad. San Martín y su ejército ofrendaron la vida por la patria, y este gobierno la está rematando al mejor postor. No es solo la economía, no es solo la entrega de nuestros recursos, es también la Justicia la que está en peligro.
—En su opinión, ¿qué significa la designación de jueces por decreto sin la intervención del Senado?
—Es una usurpación de poderes, una falta de respeto a la República y a la democracia. No lo digo yo solamente, lo dice el propio Zaffaroni y lo dice la Constitución Nacional. Nombrar jueces sin el acuerdo del Senado es un abuso de autoridad, es patear la institucionalidad por la ventana. Pero claro, cuando el gobierno está ocupado en vender el país, necesita jueces que le garanticen impunidad.
—Este debate no es nuevo. En 2015, el entonces presidente Mauricio Macri designó por decreto a dos jueces de la Corte Suprema.
—Y estuvo mal en aquel momento y está mal ahora. La Constitución es clara: el presidente nombra jueces con acuerdo del Senado. No hay atajos. Pero este gobierno de Milei cree que puede hacer lo que quiere, como si gobernar fuera administrar un club de amigos. La diferencia es que hoy la situación es aún más grave porque se está avanzando sobre todos los pilares del Estado. Nos están desmantelando como país.
—¿Qué cree que puede pasar si este tipo de decisiones se mantiene en el tiempo?
—Si seguimos por este camino, Argentina va a perder lo poco que le queda de institucionalidad. Estamos viendo cómo la Justicia, que debe ser un poder independiente, se convierte en una escribanía del gobierno de turno. Y cuando la Justicia se somete al poder político, el ciudadano común queda indefenso. No hay República sin Justicia.