La protesta del miércoles 12 de marzo organizada por jubilados en contra del gobierno de Javier Milei se tornó violenta en las afueras del Congreso argentino. La manifestación, que también contó con la participación de hinchas de diversos clubes de fútbol que se sumaron al reclamo, exigía un aumento en las jubilaciones y la recuperación del acceso gratuito a ciertos medicamentos.
Según informaron medios locales, la situación se agudizó cuando la policía intervino, utilizando gases lacrimógenos, balas de goma y cañones de agua para dispersar a los manifestantes, quienes respondieron lanzando piedras. Este enfrentamiento dejó un saldo de al menos 20 heridos y más de 100 detenidos, según las autoridades.
Los jubilados, en su gran mayoría, se congregan cada miércoles frente al Congreso Nacional, ubicado en el corazón de Buenos Aires, para visibilizar sus demandas y hacer oír su voz frente a lo que consideran políticas injustas que afectan su calidad de vida.
Las escenas de violencia y represión han generado una fuerte controversia en la sociedad argentina, evidenciando las tensiones crecientes entre el gobierno y los sectores más vulnerables de la población. Las autoridades, por su parte, han defendido la intervención policial como una medida necesaria para mantener el orden público.
La jornada deja en evidencia la creciente frustración de los jubilados y el impacto de las políticas actuales en sus vidas, mientras la sociedad observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos en los días venideros.