El Legislador por Tucumán, José Orellana, se refirió a lo que dejó el Pacto de Mayo firmado «en la medianoche del 9 de Julio».
Periodista: Se viene el segundo semestre, ¿cómo están las expectativas, especialmente en el ámbito económico?
José Orellana: Cuando los gobiernos tienen la intención de mejorar y beneficiar a la población, empiezan con buen pie desde el primer día. Actualmente, estamos enfrentando una recesión brutal sin estímulos claros que impulsen la recuperación. Se habla mucho de «superávit» y «ajuste fiscal», pero la realidad es que la gente no está mejorando; hay más recesión y ajustes que reducen el poder adquisitivo. La gente está peor. Las promesas del gobierno no se están cumpliendo y ya no sirve culpar a gestiones anteriores. Desde el inicio, han tenido seguridad jurídica, se les aprobaron las leyes que querían y lograron el Pacto de Mayo (firmado en Julio), pero no hay señales de mejora. La pregunta clave es: ¿por qué la gente no está mejor si nos dicen que todo está bien?
Periodista: Desde el Gobierno parecen muy optimistas, ¿ese optimismo se refleja en los intendentes y otros dirigentes? Porque al observar los números macro y microeconómicos, no se percibe una mejoría y la esperanza se está convirtiendo en resignación.
José Orellana: Exactamente. La «refundación» de la que hablan parece más una «fundición» de empresas, lo que genera menos empleo. Se habla mucho de la macroeconomía, pero no conozco a nadie que esté mejor desde noviembre. Las expectativas de la gente, incluso de aquellos que votaron por este gobierno esperando vivir mejor, se están desvaneciendo. En Tucumán, por ejemplo, el 9 de julio solían venir presidentes y ministros con buenas noticias, pero esta vez no trajeron nada. Vinieron en la oscuridad, vestidos de negro, excepto la hermana del presidente que rompió el protocolo vistiendo de rojo, mientras la gente solo pudo verlos por pantallas, vigilados por francotiradores y policías. Estamos en un país donde el mayor temor lo tiene quien debería garantizarnos seguridad. Es un presidente que viaja mucho pero no trae resultados, viviendo una fantasía de ser un referente mundial, ajeno a la realidad cotidiana de los argentinos.
Periodista: ¿Estamos asistiendo a una escena montada donde todos son aplaudidores esperando una financiación que no llega, y aquellos que no acompañan o piensan diferente quedan relegados? ¿Existe este fenómeno en la provincia?
José Orellana: Ese es el temor de los gobernadores. Necesitan apoyo y tienen que mendigar recursos. En la jerarquía del poder, deben llevarse bien con el gobierno central. Cinco gobernadores se atrevieron a faltar, pero conocen muy bien el riesgo económico que corren. Es comprensible que busquen mantener las formas para recibir apoyo, aunque muchos acuerdos sean vacíos. Lo primero que hacen es recortar la coparticipación, dejando a los gobernadores en una posición difícil. Aunque 18 gobernadores apoyaron al gobierno nacional, pidiendo a sus senadores y diputados que aprueben leyes, es sabido que el gobierno central no muestra interés en la gente ni en los gobernadores. Esto deteriorará las relaciones hasta que los gobernadores enfrenten sus propios problemas. Juegan su propio juego, con expectativas de salvar su gestión. El gobernador de Tucumán, al igual que otros, sigue esta lógica. Aquellos que pueden oponerse, como Kicillof, lo hacen porque tienen mayor respaldo, gobernando la provincia más grande con más votantes. Pero la mayoría de las provincias deben seguir el «vademécum» de acción dictado por el poder central.
Periodista: ¿Cómo afecta esto a los intendentes que esperan mejoras en sus asignaciones?
José Orellana: De la misma manera que Milei hace lo que quiere, el gobierno central decide qué provincias y municipios reciben recursos. Los municipios, siendo el último eslabón, donde están los ciudadanos, deben ser atendidos para garantizar la paz social y tener sus sueldos al día. Si es posible, ayudarles a mantener sus pueblos en condiciones con las obras necesarias. En esto, el gobernador Jaldo como el Ministro del Interior Darío Monteros, están permitiendo a los intendentes mantener esta posibilidad, por su conocimiento de la vida del interior y cumpliendo con los municipios y comunas en la medida de lo posible.
Periodista: De cara al 2025, ¿podría recrudecer la interna dentro del peronismo tucumano?
José Orellana: Para las elecciones de 2025, donde solo se eligen 4 diputados nacionales, no le recomendaría a nadie que haya una interna. La unidad es la mejor consejera, será un pequeño adelanto de lo que puede ocurrir en 2027. Ahora, en 2027, con o sin PASO, cada uno peleará por sus intereses. Habrá muchos cargos en juego, pero no en 2025, donde cualquier error puede ser fatal. Lo ideal para estas próximas elecciones es que el peronismo vaya unido, aun con diferencias. La gente de Milei tendrá que resolver sus asuntos con el PRO, la UCR y otros libertarios. Y como remate, la gente de Milei está armando un aparato contra aquellos que los ayudaron a llegar al poder. Aún no estamos bien, pero los otros la están pasando peor. Hoy creo que la mejor opción sigue siendo el peronismo